PARTE VI : LIBERACIÓN DEL CEREBRO
TEMPORADA : VERANO / AÑO : 2022 / FOTOS : @tomhgn_ / VIDEO : @23_productionss
CAPÍTULO 1 - LIBERACIÓN
Mi nombre resuena en la celda, es el día D. Acompañado por los gritos y los aplausos de mis compañeros de prisión, atravieso el largo pasillo por última vez. Solo quedan algunos trámites y seré libre. Después de haber pasado exactamente 685 días a la sombra, finalmente voy a respirar el aire libre. Una tonelada de papeleo después, y tras haber sido reprendido por un vigilante al que apenas escuchaba, aquí estoy solo, frente a la inmensa puerta de la prisión, listo para enfrentar el mundo libre. ¿Vendrá alguien a buscarme? Ni siquiera lo sé. Mis pensamientos son eclipsados por una nube de humo que se eleva en el horizonte. La acompaña una línea de bajo sorda. Cien metros me separan del coche, y empiezo a distinguir dos rostros familiares a bordo. No me habían olvidado esos cabrones. Mientras el primero me abraza, el segundo me mete en la boca lo que parece ser un hongo alucinógeno: "Es hora de liberar tu cerebro, amigo". Siento que los próximos días no serán nada tranquilos.
CAPÍTULO 2 - FIESTAS DE BARBACOA
Nada mejor que una gran barbacoa para celebrar este primer día de libertad. Todos están aquí, al menos todas las personas que no desean ni mi muerte ni sacarme el dinero que ya no tengo. En medio del jardín reina una barbacoa con una cabeza de cerdo en medio de las llamas. Mis amigos cuidaban los detalles y la decoración adecuada. Conocían mi amor por la policía y se imaginaban bien que estos últimos meses en prisión no habían disminuido mi hostilidad hacia el uniforme. Mientras disfruto de mi Ricard bien frío, apreciando el espectáculo, planifico mis próximos días. Necesitaba volver a disfrutar de la vida, porque si mi liberación era sin duda física, mi mente aún debía pasar por varias etapas para borrar el pesado peso del encierro. Sobre todo necesitaba dos cosas: adrenalina y sexo. Sin gran sorpresa, iba a empezar por la segunda. Por suerte, una de mis antiguas conquistas, y no la menos bonita, me devora con la mirada desde hace rato...
CAPÍTULO 3 - PLACERES
Después de tanto tiempo tras las rejas, uno podría pensar que solo deseo saciar mis propios deseos. Pero siempre he puesto un punto de honor en anteponer el placer de las damas al mío. Había extrañado el sexo, y era esta mujer espléndida, sumergida en la luz tenue de un hotel del centro, quien iba a aprovecharlo. Mi rostro acurrucado en su cuello perfumado, sus manos que rozan mi piel, nuestros sentidos intensificados con cada mordisco, cada caricia. Siento cómo su cuerpo se tensa poco a poco, sus uñas atraviesan mi piel, es hora de concretar mi proyecto. En un último esfuerzo, recurro a mis recursos para acelerar el ritmo. En el instante en que sus pómulos se tornan rojos, la cabecera de la cama se incrusta en la pared, derribando el espejo que se rompe en el suelo justo cuando un torrente de placer irriga nuestros cerebros respectivos. El silencio vuelve a la habitación tras los últimos suspiros. Una obra de arte.
CAPÍTULO 4 - CALL ME LATER
Un timbre espantoso me saca de los brazos de Morfeo con una violencia inaudita. Qué idea mantener en servicio ese viejo teléfono de los años 70... Con los ojos aún pegados, tanteo a mi izquierda para ver si la sublime criatura de la noche anterior no se ha volatilizado. Sigue ahí, y ese maldito teléfono no para de sonar. No parece molestar a mi invitada. Aprovecho su sueño para enjuagarme la garganta con un poco de whisky y encender un cigarrillo, el desayuno de los campeones. Los rayos de sol que pasan a través de la persiana dejan ver un espectáculo satisfactorio: envoltorios de condones vacíos se mezclan con rosas ya ennegrecidas por una noche sin agua, la botella de sky está vestida con ropa interior de encaje tirada a la carrera, varios ceniceros dispersos aquí y allá llenos de colillas y otras mezclas picantes. Esta habitación de hotel respira placer y sensualidad. Me acuesto de espaldas cuidando de no despertar a la señorita. Con los ojos fijos en el techo, doy una calada. La vida es bella, y no, no voy a contestar ese maldito teléfono.
CAPÍTULO 5 - PROVENCE
El olor del escape del 2 tiempos se mezcla con el de la lavanda. Frente a mí, campos hasta donde alcanza la vista. Cabello al viento, manillar de una 250 CR nueva en mis manos, me regocijo. Todos los iniciados en las alegrías del motor de explosión entre dos ruedas te dirán lo mismo: el verdadero sentimiento de libertad, la definición misma de esta palabra materializada en actividad humana, es sin duda alguna al manillar de una moto, el puño en el ángulo, con como único destino la línea del horizonte. Reconozco los paisajes que me arrullaron en mi juventud: ese árbol donde abandoné mi primer scooter robado, ese muro que aún lleva las marcas de mis primeros grafitis, ese pueblo víctima de mis primeros robos. A un paso de la grisura de la ciudad, este campo fue mi primera gran liberación, y respirar su aire fresco me llenaba de felicidad.
CAPÍTULO 6 - SUMMERTIME
Odio la arena, pero mi pequeño puesto al borde de la playa no conocía la crisis. Debilitar las neuronas de los veraneantes ya bastante cansados por el sol a grandes dosis de mala publicidad era tan placentero. Desde el padre de familia maltratado por los gritos incesantes de sus hijos hasta el joven iencli que necesitaba darle sabor a su primera cita en la playa, mi clientela era variada, y la competencia se limitaba al vendedor de buñuelos, que resultaba ser también mi mayor cliente. Marcaba todas las casillas del traficante de domingo, pero ¿qué mejor que ganar dinero con los dedos de los pies en abanico, sin hacer nada, con como única preocupación la inclinación de la sombrilla y la temperatura de mi bebida? Tenía que recuperarme, y rápido. El desempleo batía récords, sentía una atmósfera extraña, un olor a guerra civil. Sentía que los próximos años iban a ser complicados, y necesitaba efectivo para enfrentarlos.